jueves, 18 de febrero de 2021

¿Por qué han quemado mi moto?

 18 de febrero de 2021.

Uno se levanta temprano para trabajar de repartidor "freelance" (así parece menos duro) en una conocida marca que vende de todo a todos.

En la acera, se me cae el alma a los pies. La que era mi compañera de fatigas, mi herramienta de trabajo, la que me permitía comer casi todos los días...mi moto, yace convertida en un amasijo de hierros calcinados.

No sé qué voy a hacer. Desde luego, no puedo trabajar. Y, si no trabajo, no como, ni puedo pagar el alquiler, el agua o la luz.

Parece ser que una horda de...(no consigo poner nombre a ese grupo de cafres manipulados)... de lo que quiera que sean, defensores de quién sabe qué, que probablemente tengan la vida resuelta por unos padres cumplidores de las leyes que ellos se saltan...esa horda ha quemado mi moto.

Me pregunto por qué.

¿Qué porcentaje de defensa de la libertad de expresión corresponde a la quema de mi moto?

¿Cómo contribuye a unas leyes más justas, que yo no pueda trabajar, el que tú, niñato enmascarado, hayas decidido quemar mi moto?

¿Quién eres tú, energúmeno descerebrado, para arrogarte el deseo de quemar mi moto?

Luego veo que hay destrozos por todos lados. Públicos y privados.

Luego oigo que una manifestante ha perdido un ojo. Me pregunto si no la habrá golpeado el tremendo adoquín lanzado por otro, compañero del que quemó mi moto.

Mientras tanto, los políticos se cubren de insultos montaditos en sus respectivas nubes.

Y yo, sin mi moto. 

Y sin ilusión.

Reflexiones imaginarias de un repartidor en Barcelona.

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